Más de una vez os habréis preguntado si no habrá alguna manera casera de reciclar el aceite de la freidora o el que acumuláis en botellas de plástico antes de depositarlo en los contenedores para tal fin del barrio. La verdad es que, con un poquito de paciencia sí podéis reciclar ese aceite y, además, obtener como resultado uno de los productos que más usamos en casa: el jabón.
Basta que dispongamos del tiempo necesario para combinar este aceite con un poco de agua y sosa para disfrutar de un jabón como los de antaño, como los que usaba la abuela y que con tanto cariño recordamos. Pero, ¿sabrías cómo hacer jabón artesanal?
Para reciclar 1 litro de aceite y convertirlo en jabón, necesitarás 1 litro de agua y cerca de 150 gramos de sosa cáustica al 90% y, si quieres darle un toque aromático, con unos 30 ml de aceite esencial tendrás más que suficiente.

Debes saber que la sosa cáustica la encontrarás sin problemas en cualquier droguería y, aunque se comercializa en forma de lentejitas de color blanco, como bien dice su nombre, al ser un ácido nos puede quemar así que, no olvides ponerte unos guantes ante de comenzar a manipularla.
El proceso de obtención de jabón casero o artesanal es una reacción química exotérmica. Es decir, se desprende calor con lo que debemos emplear los materiales adecuados y, a ser posible, un lugar bien ventilado donde los vapores desprendidos se eliminen con facilidad y no nos intoxiquen.

Jabón artesanal en 10 pasos sencillos

1. Ponte los guantes y ropa de manga larga para evitar que posibles salpicaduras te lleguen a la piel. Si tienes un delantal de plástico, mejor que mejor. Si además dispones de gafas de protección irás 100% protegido ante posibles incidentes.
2. Vierte el agua en un contenedor de plástico o acero inoxidable.
3. Añade poco a poco la sosa y remueve, con ayuda de una cuchara de madera, hasta que cada lenteja se queda disuelta en el agua. Observarás que, cuanta más sosa se disuelve, más sube la temperatura del agua, llegando a alcanzar los 90⁰C. Es en este paso, además, donde se generan ciertos vapores que debemos eliminar rápidamente con la ventilación adecuada de la sala.
4. Una vez disuelta toda la sosa, deja reposar la mezcla hasta que vuelva a alcanzar la temperatura ambiente.
5. Ahora es el momento de añadir al agua con sosa el aceite esencial elegido. Con él, aportaremos al jabón el olor que más nos guste. En realidad, este paso es opcional y, si no queréis que vuestro jabón huela a nada en especial, podéis saltároslo… aunque quedan la mar de curiosos si aprovecháis la ocasión para añadirle algunos pétales de flores o pulpa de aloe.
6. A continuación tendréis que añadir a la disolución el aceite a reciclar poco a poco, sin dejar de remover, hasta que observéis cómo la mezcla adquiere consistencia. Este proceso se conoce como saponificación y tarda una media hora larga en ocurrir. Tendréis que remover siempre en el mismo sentido, para que no se corte, como si de una mayonesa se tratase. Sabréis cuando la mezcla está perfecta porque os costará removerla con la cuchara de madera.
7. Por fin ha llegado el momento de volcar la mezcla pastosa en los moldes con las formas que queráis que tenga vuestro jabón. Si estos moldes son de silicona, os facilitarán mucho la tarea a la hora de sacar el jabón de los mismos una vez se hayan endurecido completamente.
8. Cubrir los moldes con film transparente de cocina y dejar reposar en un lugar fresco y seguro, donde nadie lo toque o coja por error (especialmente los niños).
9. Pasadas las primeras 48 horas, podéis desmoldar los trozos de jabón y cortar al gusto pero, habrá que esperar unos 30 días antes de usarlos, de forma que la saponificación haya terminado completamente y la sosa haya sido totalmente neutralizada.
10. Por último, solo queda que disfrutéis de vuestros jabones caseros a base de aceite reciclado.