Una anualidad es cualquier pago periódico que una persona debe realizar de forma periódica y siempre al mismo plazo de tiempo por haber recibido un determinado activo financiero. Aunque el termino anualidad nos puede hacer pensar en primera instancia que se trata de pagos cuya periodicidad es anual, no necesariamente debe referirse a pagos anuales. Las anualidades las podemos encontrar en multitud de productos financieros, pero los más comunes son en las rentas vitalicias o en los contratos de préstamos. Por ejemplo, en las rentas vitalicias lo que hacemos es dejar depositada en una entidad financiera una determinada cantidad de dinero. Sobre esa cantidad de dinero se establece un tipo de interés compuesto anual (si luego el pago es mensual, trimestral, o semestral se calcula el tipo de interés equivalente a la frecuencia de pago) que va a marcar la cuantía del dinero que periódicamente vamos a recibir mientras mantengamos el dinero en ese producto financiero. En el caso de los préstamos es al revés, el tipo de interés compuesto se aplica sobre el capital que nos han prestado y ese va a marcar las cuotas o términos amortizativos a pagar durante el periodo de duración de dicho préstamo. Por lo general, en los contratos de préstamos se aplica el sistema de amortización francés, eso implica que las cuantías de las anualidad siempre sean las mismas solo que al principio la mayor parte de ese dinero a devolver va a pagar los intereses y muy poco a amortizar capital. Paulatinamente, esa situación va cambiando y en los últimos pagos de anualidad se amortiza mucho más capital que intereses se pagan.
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