BENEFICIO NETO

El beneficio neto es el resultado final que queda en una cuenta de resultados cuando a los ingresos obtenidos por una empresa durante un ejercicio contable se le han detraído todos los gastos soportados en ese periodo, incluido los impuestos correspondientes por haber obtenido la empresa beneficios. El beneficio neto es, por tanto, el dinero que finalmente gana la empresa por desarrollar su actividad y el que constituye la base de la retribución a los socios de la empresa en forma de dividendo. Por lo general, una parte de ese beneficio neto (pay out) se destina al pago de dividendos en forma de una cuantía establecida por cada acción, mientras que otra se decide aprovisionar en forma de reservar para capitalizar la empresa y así hacer que su funcionamiento dependa menos de la financiación de terceros.

El beneficio neto no es una magnitud que se considere válida para medir la eficiencia de una empresa, el motivo es que se ve afectado por el impuesto de sucesiones el cual sus tipos impositivos pueden ser distintos en cada país. Por ejemplo: imaginemos una empresa que obtiene 90 millones de euros en forma de beneficio neto y sus volumen de ventas fuera 900 millones de euros, su ratio de eficiencia sería de (90/900) x 100 = 10%. Otra empresa ubicada en otro país ha obtenido 100 euros de beneficios netos sobre un volumen de ventas de 1.000 euros, con lo que su ratio de eficiencia es del (100/1.000) x 100 = 10%. Imaginemos que la primera empresa soporta un impuesto de sociedades del 25%, su beneficio antes de impuestos habría sido 120 millones de euros. Por otra parte, la segunda empresa soporta un impuesto de sociedades del 20%, con lo que su beneficio antes de impuestos es 125 millones de euros. En ese caso la empresa primera sería más eficiente pues la ratio (120/900) x 100 = 13,33% es superior a la ratio de eficiencia de la otra empresa que es (125/1000) x 100 = 12,5%, pero que con el efecto de la diferencia impositiva no se puede apreciar si se toma como referencia el beneficio neto.