Un Crédito Hipotecario es un crédito disponible que está vigente durante todo el plazo que dure la hipoteca. Al igual que sucede con un préstamo hipotecario, se paga una mensualidad que es constante si la hipoteca está firmada a tipo de interés fijo o que variará si se firma a tipo de interés variable en el que la cuota cambia en cada periodo de revisión según suba o baje el euribor o el tipo de interés al que está referenciado el tipo de interés aplicable. En estos aspectos, un Crédito y un Préstamo hipotecario parecerían ser exactamente lo mismo, pero hay diferencias al respecto.
En un Préstamo Hipotecario se establece la obligación de devolver una determinada cantidad de dinero más sus intereses mediante cuotas mensuales. No obstante, en el Crédito Hipotecario se puede solicitar el capital amortizado puede volver a ser solicitado en diferentes disposiciones que se produzcan después de la firma del crédito, disponiendo de esta forma de financiación más barata. Otra de sus diferencias radica en la facilidad de subrogación. En el caso de los Créditos Hipotecarios la posibilidad de subrogarlos es mucho más limitada que en los préstamos, siendo necesario encontrar tanto una entidad financiera que acepte esta operación al igual que un notario y un registrador de la propiedad. Así pues el Crédito hipotecario presenta condiciones más flexibles que el préstamo en cuanto a la disposición por parte del beneficiario de los recursos financieros que ponen a su disposición mientras que un préstamo hipotecario plantea unas condiciones más estrictas y fijas estableciendo de antemano la cantidad prestada y la cuantía a devolver en el plazo futuro. En cambio a la hora de subrogación un préstamo presenta muchas más ventajas que el Crédito Hipotecario para poder efectuarse.
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