En un contrato de préstamo el prestamista es la persona física o jurídica que presta el capital. Al realizar ese préstamo, el prestamista adquiere la condición de acreedor pues se genera el derecho de cobro de una deuda la cual se compone del capital prestado más los intereses pactados en el préstamo. A su vez, esa deuda debe ser resarcida dentro de un plazo de tiempo que ha sido previamente estipulado en el préstamo. Por lo general, los prestamistas suelen ser entidades bancarias pues el negocio de estas entidades es poner en contacto agentes con necesidad de financiación con quienes tienen capacidad de financiación (obteniendo un margen entre el mayor interés que cobran en sus préstamos con respecto al interés que pagan en sus depósitos). Puede haber prestamistas que sean personas físicas sobre todo en los préstamos entre particulares, pero este tipo de prestamistas están sujetos a diversas tutelas jurídicas. De esta forma, un particular que quiera desarrollar el negocio de prestamista a título personal tiene su actividad bastante constreñida.
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