La rentabilidad por dividendo es una ratio bursátil que lo que hace es poner en relación la retribución por dividendo que da una determinada acción respecto al precio al que esa acción cotiza. A priori, cuanto más alta sea la rentabilidad por dividendo, más atractivo será la inversión en acciones de esa empresa, pues el dividendo es un pago seguro que el inversor va a cobrar por tener esa acción con independencia de las fluctuaciones del precio de la acción en la Bolsa. No obstante, hay que tener en cuenta que por su cálculo, la rentabilidad por dividendo de una empresa aumenta significativamente cuando la cotización de esa empresa inicia una racha bajista (al ser pago del dividendo/precio de la acción, cuanto más caiga el denominador, mayor será la ratio) y a su vez disminuir rápidamente cuando la empresa encadena una racha alcista en la Bolsa. Esto pone de manifiesto que basar las decisiones de inversión en una empresa sólo por la rentabilidad por dividendo es una estrategia bastante arriesgada al ser un análisis bastante incompleto.
La rentabilidad por dividendo de una acción depende de varios factores. El principal, que la empresa en un ejercicio obtenga beneficios susceptibles de repartir en forma de dividendo (aunque hay casos de empresas que aún con pérdidas mantienen su política de pago de dividendos y solicitan un crédito para poder efectuarlo). Otro factor es el pay out, es decir, el porcentaje sobre el total de beneficios obtenidos que en la Junta General de Accionistas se acuerda repartir en forma de dividendo. Finalmente, y como hemos apuntado anteriormente, el comportamiento bursátil de las acciones de la empresa.
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