TIPO DE INTERÉS

El tipo de interés o también conocido como precio del dinero es la rentabilidad a pagar por disponer de una cantidad de dinero prestada a un periodo de tiempo concreto. La función que cumple el tipo de interés es la de compensar al ahorrador o inversor por sacrificar su consumo presente a fin de que en el futuro disponga de una mayor cantidad de dinero para poder consumir. En este sentido, el tipo de interés se ve afectado por el periodo de tiempo del préstamos (a más tiempo, más interés se exige), al grado de solvencia de quien se le confiere el préstamo (a mayor riesgo de impago se exige un mayor interés), y al nivel general de precios (a mayor inflación presente y esperada para el futuro se exige también un mayor interés para compensar la pérdida de poder adquisitivo).

No existe un único tipo de interés en el mercado. De hecho, hay casi tantas diferentes tasas de interés como tipos de activos financieros hay en el mercado. No obstante, si existen unos tipos de interés de referencia cuya evolución a su vez se traslada al resto de tipos de intereses. Se trata de los tipos oficiales que marcan los Bancos Centrales y que son considerados los tipos de interés libres de riesgo ya que la posibilidad de insolvencia de un Banco Central es prácticamente nula al ser la autoridad monetaria y el organismo emisor de dinero. Todos los intereses de activos que entrañen un riesgo mayor al que marca el Banco Central de esa economía suelen ser más altos que los tipos oficiales que marca la autoridad monetaria.